Ayer, 26 de julio, se celebró una conmemoración nueva en el calendario y la cual tiene un gran impacto en nuestro día a día. Hablamos del Día Mundial del Meme, fecha que recuerda la importancia de aquellas imágenes graciosas que tanto nos acompañan.
De hecho, hoy los memes son mucho más que entretenimiento, siendo definidos como una forma dominante de comunicación digital. Según un informe de YPulse alrededor del 55% de las personas entre 13 y 35 años envían contenido memético semanalmente, y un 30% lo hace a diario. Además, un reporte de Sci‑Tech Today indica que los millennials comparten entre 20 y 30 memes cada día, y plataformas como Instagram superaron el millón de memes compartidos diariamente en 2024.
No solo eso, hace poco, Disaster Girl cumplió 18 años. La imagen de Zoë Roth, una niña con una sonrisa traviesa frente a una casa en llamas, se convirtió en uno de los memes más reconocibles de Internet. Lo que comenzó como una simple foto familiar terminó en miles de reinterpretaciones virales, desde críticas sociales hasta bromas absurdas. Ese es el poder del meme, que se refleja en su capacidad de mutar, conectar y permanecer.
¿Por qué los memes son tan adictivos y queridos por todos?
Para Raúl Peña, jefe de Comunicaciones de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO), este formato es “una unidad mínima de contenido simbólico que condensa ideas, emociones o críticas en un formato visual de rápida difusión”. Es decir, funciona como una cápsula cultural que viaja rápido, conecta con emociones colectivas y, muchas veces, interpela.
Y lo hace con una eficacia que ya quisieran muchas alternativas tradicionales, explica el experto. “Son breves, visuales, emocionales y replicables. Permiten a las audiencias participar activamente en la creación y resignificación del contenido”, añade Peña, planteando que su poder está en que no solo se consumen, sino que se editan, se replican y se transforman.
Uso responsable de los memes y tendencia creciente
La “economía del meme” también dice mucho de su peso actual. Estudios estiman que este sector moverá más de US$6.000 millones en 2025, con tasas de crecimiento que superan el 20% anual. En marketing digital, los memes generan hasta 60% más interacción que otros contenidos, con un alcance orgánico hasta 10 veces superior.
Por otro lado, Peña advierte sobre los riesgos de banalizar el contenido o, peor aún, usar el meme como herramienta de desinformación.
“Su brevedad y carácter viral los convierten en vehículos ideales para distorsionar hechos o reforzar discursos de odio. Lo peligroso es que lo hacen bajo una apariencia inocente”, señaló.
Por eso, detrás del meme también existe una responsabilidad. “No basta con que sea gracioso o viral. Debe evaluarse su coherencia con los valores que representa, su posible interpretación y su impacto en distintas audiencias”, afirma.
Y si se duda de su relevancia, basta mirar los temas que hoy se discuten desde un meme, como la política, medioambiente, salud mental, feminismo, fútbol, entre otros. “Ya no es solo una broma visual. Es un comentario social y una forma de narrar el presente, que puede durar cinco segundos o quedarse para siempre”, concluye el especialista de la UBO.
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