Escándalo desató el fin a la tarjeta de coordenadas, que comenzó a regir el pasado 1 de agosto en todo el país.
Recordemos que la medida fue dictaminada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), con el propósito de fortalecer la protección de los usuarios y sus cuentas bancarias. Esto, a través de sistemas de autenticación más modernos y menos riesgosos para los usuarios.
Como lo son la biometría (huella digital o reconocimiento facial) o claves dinámicas generadas por aplicaciones móviles ligadas únicamente al usuario.
Fin a la tarjeta de coordenadas se posterga un año
Cabe destacar que la norma N°538 se ajusta a la Ley N°20.009, publicada el 17 de junio.
Esta, finalmente exige «eliminar el uso de mecanismos que incorporen conjunto de datos impresos, utilizados para la autenticación».
Sin embargo, la noticia tomó por sorpresa a los ciudadanos y causó un gran escándalo. Principalmente, porque la autenticación digital excluye a miles de ciudadanos de la tercera edad que no manejan y/o poseen dispositivos electrónicos modernos.
De esta manera, la CMF anunció este jueves que la eliminación de la tarjeta de coordenadas se aplazó para el 1 de agosto de 2026.
Mientras tanto, desde la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif) solicitaron «mayor flexibilidad» ante las dificultades prácticas que implica el cambio, consigna El Mostrados. Asimismo, bancos y emisores de pago deberán seguir trabajando en la adopción de tecnologías compatibles con la nueva reglamentación.
«Me parece muy atinada ya que estaba generando serios trastornos y dificultades a la vida de los adultos mayores. Considero y lo vengo sosteniendo hace 8 años que el país tiene una deuda social con los adultos mayores que no es otra que sacarlos del analfabetismo digital y solo eso se resuelve con una gran Campaña de Alfabetización Digital», señaló el diputado Jaime Naranjo al medio citado.
Sentenciando que «me parece tremendamente irresponsable que se siga digitalizando el país cuando tenemos 4 millones de analfabetos digitales. El país y el Estado debe ponerse al día. Al igual cuando en la década de 1960 se hizo una campaña de alfabetizacion para que prácticamente la mitad del país aprendiera a leer y escribir.Ahora estamos en algo parecido pero en el ámbito digital. Así como esas personas eran marginales sociales en esos años ahora los adultos mayores también lo son en la era digital», cerró Naranjo.