En un escenario global donde la sostenibilidad se vuelve cada vez más urgente, la gestión de residuos se posiciona como uno de los retos ambientales más complejos del siglo XXI. Mientras algunas naciones avanzan firmemente hacia la economía circular, Chile aún enfrenta barreras estructurales que dificultan la implementación de una cultura de reciclaje sólida y efectiva.
Si bien el reciclaje ha ganado espacio en el debate público y forma parte de la agenda ambiental del país, las estadísticas siguen siendo alarmantes y reflejan un largo camino por recorrer.
De hecho, según el Ministerio del Medio Ambiente, de los cerca de 9 millones de toneladas de basura domiciliaria que se generan al año, menos del 10% se recicla. Una cifra que ubica al país entre los de peor desempeño dentro de la OCDE, cuyo promedio de reciclaje residencial alcanza el 33%.
¿Qué se sabe sobre el avance del reciclaje en Chile?
Según Jorge Leiva, jefe de carrera de Ingeniería Civil en Medio Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO), “aunque se ha evolucionado en el diseño institucional y en la conversación pública. Los resultados siguen siendo modestos. El reciclaje en Chile avanza, pero a un ritmo lento. Con brechas importantes en infraestructura, planificación local y apoyo técnico a los municipios”.
En este escenario, la Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor), promulgada en 2016, se ha convertido en una herramienta clave para transformar la gestión de residuos en el país.
Recordemos que esta normativa exige a empresas e importadoras hacerse responsables de la recolección y reciclaje de seis productos prioritarios. Entre ellos envases, neumáticos, aparatos electrónicos y baterías, una vez que terminan su vida útil.
Durante el 2024, de hecho, el Ministerio del Medio Ambiente anunció la expansión de la recolección diferenciada a 48 comunas. Más del doble que el año anterior.
“Estamos viendo los primeros efectos de esta política, como rutas de recolección separada, convenios con municipios y el despliegue de sistemas de gestión colectiva. Aun así, queda un largo camino si aspiramos a estándares como los de Alemania o Japón, donde reciclar es parte de la vida cotidiana”, señala Leiva.
Reciclaje en Chile: Materias pendientes y un llamado a la acción
Uno de los grandes desafíos es la ausencia histórica de infraestructura adecuada. Muchas comunas aún no cuentan con puntos limpios, centros de acopio o instalaciones para el tratamiento de residuos orgánicos, como compostaje.
“Sin un sistema accesible y funcional es difícil que el reciclaje se vuelva un hábito. Además, debemos formalizar el rol de los recicladores de base, que por años han sido actores clave en la recuperación de materiales”, agrega el académico.
Otro punto crítico es la baja valorización de ciertos residuos. El cartón, el papel y los metales concentran las mayores tasas de reciclaje, debido a su rentabilidad y cadenas de procesamiento consolidadas. En cambio, el plástico apenas alcanza un 8% de recuperación en Chile, pese a ser uno de los residuos más abundantes y contaminantes.
En el marco del Día Mundial del Reciclaje. Que se conmemora este 17 de mayo, el especialista hace un llamado a la acción conjunta.
“Reciclar no es solo una decisión individual, sino una responsabilidad compartida entre el Estado, las empresas y la ciudadanía. Cada botella o caja que recuperamos es un gesto concreto para proteger nuestros recursos y construir un país más sustentable”, afirma el docente universitario y experto en el área.
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