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¡Atención Pudahuel! Nos encontramos a sólo dos días de celebrar el Año Nuevo 2026.
En esa línea y, como cada año, miles de personas realizan una serie de rituales o cábalas para recibir el nuevo ciclo de la mejor manera.
Ya sea dando la vuelta a la manzana con una maleta, comiendo 12 uvas o esconderse bajo la mesa, estos rituales son conocidos y recreados cada Año Nuevo.
No obstante, la gente también manifiesta sus propósitos a través del color de su ropa. Esto, con el propósito de atraer distintas energías, como el amor, el éxito, abundancia o dinero.
¿Qué significa cada color que usas en Año Nuevo y qué energía atrae?
A continuación, descubre qué color utilizar estas fiestas según su significado psicológico, de acuerdo a Infobae.
Amarillo: felicidad, abundancia y buena suerte
El amarillo es uno de los colores más elegidos para recibir el Año Nuevo, de acuerdo a su asociación con la suerte, la alegría y la vitalidad.
Desde la psicología del color, el amarillo se vincula con el optimismo y la estimulación mental. Es un tono que activa la atención y se relaciona con la creatividad y la energía. Por eso, más allá de la prosperidad material, también expresa una actitud positiva frente a los desafíos del nuevo año.
Rojo: amor, pasión y confianza
El rojo es la elección habitual de quienes buscan fortalecer vínculos afectivos o iniciar nuevas relaciones. Simboliza la pasión, el deseo y la intensidad emocional, y suele asociarse con el amor en sus formas más explícitas.
A nivel psicológico, el rojo está ligado a la acción, la determinación y la autoconfianza. Es un color que genera respuestas emocionales intensas y se asocia con el coraje y la iniciativa. Por eso, además del amor, también aparece entre quienes quieren animarse a tomar decisiones importantes o encarar cambios personales.
Verde: esperanza, estabilidad y crecimiento
El verde representa la esperanza, la renovación y el crecimiento. Elegirlo para Año Nuevo es común entre quienes priorizan la estabilidad económica, el bienestar y los procesos sostenidos antes que los golpes de suerte inmediatos.
La psicología ambiental lo asocia con la naturaleza y el equilibrio. Transmite calma, continuidad y seguridad. En ese sentido, vestirse de verde expresa el deseo de avanzar de forma constante, cuidando la salud emocional y apostando al crecimiento a largo plazo.
Rosado: amor propio y armonía emocional
El rosado se vincula con el afecto, la ternura y la armonía emocional. A diferencia del rojo, remite a un amor más suave y a la consolidación de vínculos, tanto de pareja como familiares o de amistad.
Desde lo psicológico, se asocia con la empatía, la contención y el cuidado. En los últimos años, su elección también se relaciona con el amor propio y el autocuidado, especialmente entre quienes buscan vínculos más amables y una relación más equilibrada consigo mismos.
Blanco: paz, bienestar y nuevos comienzos
El blanco simboliza paz, serenidad y claridad. En celebraciones más tranquilas, aparece como una forma simbólica de “empezar de cero”.
En la simbología del color, el blanco remite a limpieza y renovación. Psicológicamente, se asocia con orden y simplicidad. Vestirse de blanco funciona como un gesto de cierre y de apertura, especialmente para quienes desean un año menos cargado y más liviano en lo emocional.
Azul: serenidad, confianza y equilibrio emocional
Finalmente, el azul está asociado con la tranquilidad, la confianza y el equilibrio. Quienes lo eligen suelen priorizar la paz interior y la reducción del estrés.
La psicología del color señala que el azul tiene un efecto calmante y favorece la concentración. Por eso, suele ser elegido por personas que valoran la estabilidad emocional, la claridad mental y una comunicación más serena. Más que cambios drásticos, simboliza la necesidad de transitar el año con calma y control.