Padre de Tamara: «La única terapia que me sirve es que hagan justicia»

Raúl Moya, el padre de Tamara, se refirió al asesinato de su hija y a su petición para debatir sobre la pena de muerte como condena.

Tamara

El asesinato de dos niños en dos «encerronas» diferentes conmocionó a todo el país la semana pasada. Itan y Tamara, de 6 y 5 años respectivamente, fallecieron cuando estaban en compañía de su familia tras ser baleados, y estos hechos han desencadenado en una serie de manifestaciones. Y es que los padres de los menores exigen justicia y ya han hablado sobre las medidas que se deberían adoptar.

Este lunes, Raúl Moya, papá de Tamara, niña asesinada en Huechuraba, se reunió con Sebastián Piñera para conversar sobre la pena de muerte. Este castigo es el que, cree, debería ser aplicado en hechos como estos, algo que repitió este martes en entrevista con ‘Palabra Que Es Noticia’, en Radio Futuro.

«Por pena de muerte, creo que no puede haber crimen más atroz que quitarle la vida a un ser tan indefenso. En el caso de mi hija fue con total alevosía, fue a quema ropa, fue intencional. Yo sé que mi hija no va a volver, pero la clase de bestias que hace esto, tienen que saber que se están jugando el pellejo«, comenzó diciendo el papá de Tamara en la entrevista.

Luego de esa declaración, agregó: «El Estado de Chile es también en parte responsable del crimen de mi hija. El Estado de Chile tiene las manos manchadas con sangre».

Con respecto a su visita a La Moneda, Moya comentó que Piñera ofreció ayuda psicológica. «El presidente nos dio sus condolencias y nos ofreció toda clase de ayuda jurídica y psicológica, de terapia. Pero cuando me hablan de terapia, la única terapia que me sirve es que hagan justicia«, señaló Raúl Moya.

A lo anterior, el padre de Tamara añadió: «No pretendo evadir este dolor, pero para poder enfrentarlo con paz en el alma, espero que esta gente caiga. Todavía andan sueltos en las calles. Todavía pueden lastimar a más gente».

Raúl Moya conoce al autor del crimen de Tamara

En esta entrevista con Radio Futuro, Raúl Moya confesó que él tiene conocimiento del autor del asesinato de Tamara. «Ayer estuvimos en la Brigada de Homicidios y me pidieron que no interfiriera en la investigación, pero lo dicho… dicho está», expresó.

Sobre la actual relación que tiene con la prensa, Moya explica que «tomamos contacto con los medios porque en Chile es la única forma de exigir justicia. Es una campaña de relaciones públicas macabra. Estamos prácticamente haciendo publicidad del atroz homicidio de mi hija».

Siguiendo esa línea, el padre de Tamara agrega: «Es la única forma de presionar al Gobierno para hacer cambios, la única forma de presionar a la policía, de presionar a los fiscales. De lo contrario mi hija sería simplemente una estadística. Ella era una niña inocente, buena dulce, no merecía tener el final que tuvo«.

Y con respecto a su estado actual por estos días, Raúl Moya indica: «Es un dolor físico, del alma, de la mente. Yo llego a mi departamento en la noche y estoy hecho pedazos. Pero no podría estar aquí mirando el techo sin hacer algo en su memoria».

Buscando justicia

En esta conversación, Raúl Moya expresó: «Mi hija no debía ser más importante que ninguno de los 40 niños que ya han muerto. De esos 40 niños: ¿Cuánta justicia ya hubo? ¿Cuántos de esos desgraciados están presos? ¿Por qué esos padres no tuvieron justicia? Porque no salieron a la calle, porque no eran capaces de enfrentarse a un político y decirle las cosas sin vergüenza cara cara».

«En un país como corresponde, no tendríamos que estar haciendo nada de esto. Tenemos que generar algún cambio, no podemos seguir así», agregó el padre de Tamara, quien también aseguró que «las penas que reciben estos tipos son un chiste».

«Algo tenemos que hacer en memoria de nuestra hija. Que el tipo que sepa que le hace esto a una inocente, que sepa que va a pagar con su vida», agregó Raúl Moya en esta conversación, en la que también dijo: «Más allá de las condiciones de cada muerte en particular, todas fueron muertes violentas. No me resigno a pensar que son solo una estadística, que son un número. Son familias que emprenden un viaje de dolor que no tiene retorno».


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