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Una grave alerta encendió la Fundación Amparo y Justicia tras publicar un análisis que revela el dramático aumento de homicidios de niños, niñas y adolescentes (NNA) en Chile entre 2018 y 2024.
Según el informe, basado en datos del Centro para la Prevención de Homicidios y Delitos Violentos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, los casos se duplicaron en ese período: de 37 víctimas en 2018 a 76 en 2024.
“Las cifras son alarmantes. Este no es un fenómeno aislado ni estancado: entre 2023 y 2024, las víctimas subieron de 66 a 76”, sostuvo Loreto Moore, directora ejecutiva de la Fundación.
“La violencia contra los NNA sigue creciendo y exige una respuesta urgente y coordinada del Estado y la sociedad”, enfatizó.
Tres regiones concentran los casos
El informe reveló que el 49,9% de los homicidios de NNA entre 2018 y 2024 ocurrieron en la Región Metropolitana, seguida por Valparaíso (8,6%) y Biobío (8,1%).
“Esta concentración territorial sugiere la necesidad de diseñar estrategias de prevención e investigación con enfoque regionalizado”, explicó Moore.
En la Región Metropolitana, el incremento fue especialmente dramático: un 135% en siete años, de acuerdo con información publicada por Publimetro.
Dos realidades paralelas
El análisis también evidenció un patrón dual según la edad de las víctimas. De los 359 casos en total:
- 35,9% fueron niños y niñas de 0 a 14 años.
- 56,6% de esos homicidios ocurrieron dentro del hogar.
- 230 víctimas fueron adolescentes de 15 a 17 años.
- 66,5% de los casos ocurrieron en la vía pública.
“Hoy enfrentamos dos crisis paralelas: niños asesinados en sus casas y adolescentes que mueren en entornos urbanos violentos”, advirtió Moore.
“No podemos seguir normalizando esta violencia. Es urgente dejar de ser pasivos ante esta realidad”.
Llamado a la acción
Ante el preocupante panorama, la Fundación impulsó la creación del Grupo Intersectorial para la Prevención e Investigación de Homicidios de NNA, con el objetivo de mejorar la coordinación institucional y fortalecer los mecanismos de prevención.
“Aunque nuestras tasas de homicidio aún son más bajas que las de países vecinos o EE.UU., el reciente aumento nos acerca peligrosamente a esas realidades”, señaló Nicolás Pietrasanta, jefe de Estudios de la Fundación.
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