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La actriz estadounidense Kelley Mack, recordada por su papel como Addy en la novena temporada de The Walking Dead, falleció a los 33 años, según confirmó su familia este martes a través de redes sociales.
Fue su hermana, Kathryn Mack, quien comunicó públicamente la dolorosa noticia con un mensaje cargado de emoción:
“Quiero que todos sepan lo valiente que fue esa maldita guerrera. Estoy tan jodidamente orgullosa de ella”, escribió en Instagram.
El diagnóstico que enfrentó con la actriz con valentía
La causa de muerte fue un glioma, un tipo agresivo de tumor cerebral que afecta el sistema nervioso central. Mack había hecho público su diagnóstico en septiembre de 2024, cuando anunció que iniciaba tratamiento para controlar la enfermedad.
En marzo de este año, compartió en redes sociales que había finalizado una terapia de radiación de protones, mostrando esperanza en su recuperación, según reseñó Meganoticias.
“Este camino no ha sido fácil, pero las cosas están mejorando”, escribió en aquel entonces.
Una carrera marcada por personajes intensos
Además de su rol en The Walking Dead, Kelley Mack participó en populares series como “Chicago Med” y “9-1-1”, consolidándose como una actriz con gran proyección en el mundo de la televisión.
Su interpretación de Addy, una joven sobreviviente del apocalipsis zombi, dejó una huella en los seguidores de la serie, quienes hoy lamentan profundamente su partida.
Un legado que vivirá en la pantalla
Con apenas 33 años, Kelley Mack enfrentó la adversidad con entereza, dejando un legado de fuerza, talento y humanidad que seguirá presente entre sus fans y colegas.
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