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La Neutropenia Febril es la complicación más frecuente y peligrosa que enfrentan los pacientes con leucemia aguda sometidos a tratamientos intensivos.
Este cuadro de emergencia ocurre cuando las terapias oncológicas, principalmente la quimio o radioterapia, aniquilan drásticamente el número de glóbulos blancos (neutrófilos), dejando al organismo sin defensas críticas frente a cualquier infección.
“Esto es una urgencia desde nuestro punto de vista, porque el paciente necesita antibióticos a la brevedad y medicamentos para tratar de incrementar sus glóbulos blancos”, explica Mauricio Sarmiento, hematólogo y Director del Programa de Trasplante Hematopoyético del Adulto de la Red UC Christus.
La prevalencia es alarmante:
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“Lamentablemente cuando los pacientes reciben quimioterapia de alta intensidad, el 95% sufre de este mal”.
Señales de alarma en la leucemia
Actuar con rapidez es fundamental, ya que la demora en el tratamiento de esta emergencia puede ser fatal.
Sarmiento advierte que la tardanza puede derivar en graves daños o, incluso, la muerte.
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Los principales signos de alarma que deben conocer tanto pacientes como cuidadores incluyen:
- Fiebre sobre los .
- Presión arterial baja.
- Disminución de la producción de orina.
- Compromiso de conciencia.
“Si no se actúa a tiempo, puede generarse una falla multiorgánica y requerir ingreso a Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)”, advierte el experto.
Por ello, se recomienda a los pacientes en tratamiento tomarse la temperatura dos o tres veces al día, siendo la fiebre la señal más relevante de la posible neutropenia.
Protocolo de urgencia
La hospitalización debe ser lo antes posible para asegurar una pronta y efectiva recuperación.
La clave, según el hematólogo, es la atención multidisciplinaria, con un equipo que incluya hematólogos, oncólogos e infectólogos.
El protocolo de tratamiento debe ser riguroso: «tomar los cultivos apropiados y de acuerdo a eso recetar un antibiótico lo más selectivo posible».
Adicionalmente, se administran fármacos como hormonas recombinantes y estimulantes de células madre para incentivar la producción acelerada de glóbulos blancos.
El mayor peligro de esta complicación se presenta cuando el cuerpo no logra compensarse y ocurre una baja de la presión arterial.
Este colapso circulatorio impide que órganos fundamentales como el riñón, el cerebro y el corazón reciban el flujo sanguíneo y, por ende, el oxígeno y nutrientes vitales, lo que puede ser letal.
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