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Este jueves 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación, el foco se pone en un problema crítico para Chile: la cantidad de comida desechada.
El país bota anualmente cerca de 2.5 millones de toneladas de alimentos, muchos de ellos con alto valor nutricional, según detalla la nutricionista Ana Paula Guerrero.
La especialista subraya que reducir estas pérdidas no es solo una responsabilidad medioambiental.
También es una estrategia directa para mejorar la seguridad alimentaria y el presupuesto de las familias chilenas.
«Cuando una familia bota comida, está perdiendo dinero que podría invertir en alimentos más diversos y nutritivos», afirma Guerrero.
¿Qué comida botamos a la basura?
Desde la perspectiva nutricional, el desperdicio es a menudo un problema de desconocimiento.
Guerrero explica que muchas personas desechan partes comestibles que son verdaderas fuentes de micronutrientes:
«Las cáscaras, tallos y hojas de verduras contienen fibra, vitaminas y minerales que son fundamentales para una alimentación balanceada. Por ejemplo, las hojas de betarraga, rabanito y zanahoria son ricas en vitaminas A y C«.
La especialista enfatiza que estos restos pueden ser la clave para enriquecer las comidas.
Los tallos de brócoli aportan gran cantidad de fibra al rallarlos, y las cáscaras de cítricos contienen antioxidantes que se pueden utilizar en infusiones.
Estrategias clave para reducir pérdidas
Guerrero entrega tres recomendaciones esenciales para transformar nuestros hábitos y optimizar el potencial nutritivo de cada compra:
- Planificación nutricional estratégica
Diseñar un menú semanal balanceado es la clave para la eficiencia. Esto permite comprar solo lo necesario y evita duplicar productos en la despensa que terminan por vencer.
Además, aconseja calcular porciones adecuadas a los requerimientos individuales para evitar cocinar en exceso.
- Conservación que preserva nutrientes
La forma en que almacenamos los alimentos impacta directamente en su valor nutricional. Es fundamental guardar los vegetales correctamente para mantener su contenido vitamínico.
También se recomienda congelar los alimentos en su punto óptimo de maduración, cuando su valor nutricional es máximo.
- Aprovechamiento nutricional integral
Se trata de ver el alimento completo. Las hojas, tallos y cáscaras deben ser consideradas ingredientes y no basura.
La especialista finaliza destacando el rol educativo del nutricionista:
«Enseñamos a maximizar el aprovechamiento nutricional de lo que compran, lo que se traduce en mejor salud y ahorro económico«.
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