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Una emotiva sorpresa. El Gorrión de Conchalí, aunque ya no está, sigue su legado musical. Se lanza un material histórico que grabó antes de su muerte. Este trabajo incluye a artistas nacionales destacados.
Justo después de los sencillos “Mi caminar” y “María Teresa y Danilo”, llega a las tiendas el álbum póstumo de Zalo Reyes, “Mi última canción”. Este álbum está disponible en formato vinilo y en plataformas digitales.
Cumple con el deseo de sus seguidores, familia y amantes de la música chilena. Este material también celebra sus 50 años de carrera musical y es el resultado de sus últimas grabaciones en estudio.
De hecho, el tema ya está disponible para el público desde este jueves 9 de noviembre. Este día es el “día de Zalo Reyes” y también se celebra su famosa canción “Ramito de violetas”.
Es más, a las 13:30 en el programa de Radio Pudahuel, «Cuéntamelo Todo», conversaremos con Boris Gónzalez. Él es el hijo del popular cantante de la zona norte de la capital.
Cabe destacar que esta producción discográfica compuesta de doce tracks. Está editada por Discográfica Al Abordaje Muchachos.
Tiene la colaboración de grandes artistas de la música nacional. Algunos de ellos son Tommy Rey, Quique Neira, Leo Rey, Denise Malebrán, Daniel Guerrero y Ángelo Pierattini.
Ellos grabaron con Zalo sus canciones más famosas. Estas incluyen “Una lágrima en la garganta”, “Motivo y razón”, “Una lágrima y un recuerdo”, “Mi prisionera” y “Ramito de Violetas.”
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Los detalles del disco póstumo de Zalo Reyes
Por su parte, Boris González Molina, su hijo, describe el inicio de este importante proyecto. “A principios del 2022, comenzamos a organizar los 50 años de carrera de mi papá, que partieron por allá por el año ’73″
«Se vio coronado con un gran triunfo el año ’83 en el Festival de Viña. Y que en el 2022 se cumplían 50 años de su carrera», añadió.
«Para ese entonces yo fui a la Biblioteca Nacional. Saqué todos los recortes de sus triunfos, de sus fracasos», dijo
«Y así comencé a armar su carrera completa y hacer un disco con los artistas que tenían mayor relación con mi papá. Entre ellos, el Quique Neira, Tommy Rey y todos los que aparecen en el disco», relató.
«Esa es una idea que teníamos con mi papá para hacerlo en nuestro estudio. Esto, con el fin de trabajarlo después con algún sello discográfico que a la postre fue Al Abordaje Muchachos”.
“Mi última canción” se grabó integro en el estudio ZReyes en Conchalí -lugar que prometió en los años ‘80 nunca dejar.
Con su frase “No me cambio ni de casa, ni de barrio”-, con el nieto de Zalo, Boris González Salinas, como director musical.
Y en contexto la diabetes del Gorrión agravándose de manera silenciosa día a día sin que sus cercanos pudieran percatarse.
Las palabras de sus familiares
El registro de las canciones ocurrió al final de la pandemia. Después, Zalo estuvo casi siempre en casa. Allí grabó los diferentes temas del álbum.
Su nieto, Boris González, comentó sobre el proceso de realización del disco. “Será algo que guardaré en mis recuerdos por siempre. El haberme despedido de mi tata de esa forma, grabando este disco. Tomando en cuenta que toda mi infancia y adolescencia me la pasé haciendo música con él. Sin duda hace de este resultado físico (el disco) un recuerdo tangible, real», dijo
«Que creo que traspasa mucha emoción y sentimiento también a la gente», agregó.
«Yo siento que este disco póstumo es una despedida de él hacia sus éxitos. Estas interpretaciones de canciones que lo llevaron a recorrer el país tantas veces y el extranjero», añadió.
«Pero a la vez siento que esta es una puerta a una misión que él nos dejó. Lo que es comenzar a mostrar mucho material que él mismo dejó con canciones inéditas, videos y sorpresas. Que fueron pensadas para sus tiempos de ausencia física en este mundo”.
Una importante decisión
La decisión de grabar este álbum, pasó por Zalo Reyes en su inicio. Sin embargo, la continuación del proyecto siguió con su núcleo familiar. Ellos ya contaba con las voces guardadas de Zalo en vida y las de sus amigos músicos invitados.
La idea fue llevar este material al digital, CD y Vinilo, formato que a la familia le parecía un sueño para el artista.
Con la gran repercusión mediática que generó su muerte, viendo como el Gimnasio de Conchalí se repletó más de una vez para despedir al cantante, su hijo y nieto productor sintieron cómo esa demostración de afecto por parte de la gente, no era otra cosa que una señal clara para llevar adelante el disco póstumo que hoy es realidad como una obra de alto nivel artístico que cuenta con fotografías inéditas e información precisa del álbum y sus hits.
“Ha sucedido muy poco en nuestro país, que un artista ya fallecido siga marcando hitos, porque mi papá ya se fue hace más de un año atrás, y sigue marcando presencia», cuenta su hijo Boris.
«Eso para nosotros es bastante importante. Una anécdota fue saber que los artistas que invitamos tenían tan buena disposición, cada uno de los que están en el disco nos dijeron altiro que sí”, indicó.
Volver a brillar
Finalmente, cabe destacar que Zalo Reyes vuelve a brillar a través de la docuserie que TVN estrena este 9 de noviembre, lo cual coincide con la publicación de «Mi última canción», ya a la venta en las principales disquerías del país como muestra fidedigna de sus últimos momentos de pasión musical.
“Al resultado final se llegó de la mano de muchos amigos y mucho cariño a la vez, desde el equipo técnico que encabecé, pasando por el ingeniero de grabación Fabián Rivera y el ingeniero de master Alejo Lefian, más todos los amigos intérpretes musicales que estuvieron presentes en los últimos 25 años de espectáculos, los que el vinilo trae en detalle en su parte interior», reflexionaBoris, nieto y director musical del disco.
«Una despedida que sin duda marca el hito de, lo que dicen algunos expertos, fue el intérprete más potente de la música popular histórica chilena”, finalizó.